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lunes, 28 de marzo de 2011

8) MONÓLOGOS DE MI VECINO

Los señores pensadores

A dos amigos.

 -No hay un día que no venga preocupado por algo y por culpa de mi periódico. Sí, otra vez por culpa del dichoso periódico. ¿Que qué me mosca me ha picado ahora? Pues mire usted, que no estoy seguro de hasta qué punto se pueden decir ciertas cosas. A mí me da que lo que se llama información es un camino mu estrechito y que en cuanto uno se descuida un tanto así, se sale y se mete en otro que se llama difamación . Por eso hay que tener mucho cuidado con lo que se dice en un papel escrito que pueden leer la gente, porque claro, no se trata del que lo lee, sino del que se lo dice al que no lo lee y del que no lo lee y se lo dice a otro y que tampoco lo lee y así hasta llegar a los veinte y pico mil criaturas que viven en mi pueblo. Sí hombre, sí. Está claro que allí nos conocemos todos, porque el que no conoce a uno, conoce a otro que conoce a otro y así sucesivamente. ¿Me explico?

-El caso es que esta mañana he leído una noticia y, mire usted por dónde, resulta que no solamente conozco a los noticiables (se dice así, ¿no vecino?), sino que tengo una cierta relación de amistad con su familia y hasta quiero a sus descendientes. Pues resulta que según cuenta el periódico, estas personas han caído en la desgracia de haber sido detenidos como presuntos responsables de un delito de abandono de las responsabilidades para con sus hijos que, al parecer, llevaban tres días sin comer ni beber y que presentaban signos de desnutrición. Hasta ahí, de acuerdo. Los niños son los niños y no se puede permitir que no tengan cubiertas las necesidades mínimas, ni que las criaturas sufran por culpa de los padres. Los críos están indefensos porque no pueden buscarse la vida  y si los padres no los protegen, está claro que la obligación pasa a ser de todos. Yo creo que eso lo sabemos desde que vivíamos en las cavernas.

-Lo que ya no tengo tan claro son otras cosillas. Por ejemplo: ¿qué pasa si los padres son los primeros o los últimos en formar parte de esos 8.000.000 de personas en riesgo de exclusión social que en estos momentos hay en el estado español? ¿Me expreso o no me expreso?  ¿Qué pasa si los padres son de la América rica y están entre los 50.000.000 de personas que  no tienen allí derecho a un seguro médico porque no pueden pagarlo y les siguen curando a los chavalitos el refriao como Dios le da a entender? ¿Están esos chiquillos en situación de abandono por parte de los padres y hay que quitárselos para que los protejan los que dejan desprotegidos a sus progenitores? ¿No le parece a usted mucha cara dura? ¿No le parece un doble rasero para medir las cosas? Porque vamos, digo yo que a quien habría que imputar por un delito de abandono sería a la propia sociedad ¿no? A suciedad me apesta a mí esto, vecino, ¡a suciedad! Resulta que si este montaje da parados, delincuentes, desprotegidos, excluidos, emigrantes, toxicómanos o personas enfermas de su cabecita o de radioactividad, por ejemplo. Tenemos que creernos que es justo que el mismo montaje actúe como un buen padre de familia con los chiquillos que, tal vez, descendientes de los excluidos del mismo, opine el susodicho que están desprotegidos ¿no? ¡Qué montaje, vecino, qué montaje! Para mí está tan claro como el agua cuando estaba clara: si el chiringuito no funciona, hay que cerrarlo y abrir otro que venda mejor producto.

-Más guasa tiene lo del puñetero periódico. Vamos, que a  los negociantes de periódicos… ¿Que se llaman editores, dice usted? Está bien… ¿Pero son negociantes o no son negociantes? Entonces ¿por qué no vamos a llamarle al pan, pan y al vino, vino?  Está bien, los abogaos también son negociantes y los llamamos abogaos, tiene usted razón; “donde hay patrón no manda marinero”, como dicen en mi pueblo y “doctores tiene la Santa Madre Iglesia”, como decía mi tía la monja, que en paz descase… Pero pa mí que negociantes son unos y negociantes son otros, aunque le voy a hacer caso por eso de que “no te acostarás sin saber una cosa más”. Pues los editores de periódicos –como venía diciéndole- no tienen en cuenta que si lo que sacan pasa de boca en boca, es como si el llamado presunto delincuente se convirtiera de buenas a primeras en delincuente sin que lo haya dicho ningún juez, porque claro, la gente lo primero que dice es que lo pone en el periódico y entonces va y lo compra hasta el que no sabe leer ¿Es un negocio o no es un negocio? Es un negocio que puede estar hecho a costa de la intimidad de las personas, a costa de su dolor, a costa de su desesperación, a costa de su exclusión social, a costa de que ya no puedan levantar cabeza en su vida porque el perioridiquito los ha juzgao y condenao sin que les haya hecho falta ningún juicio y eso, vecino, si no es un delito tan grave como el cargarse a un ser humano, es lo que yo le decía: un negocio y un negocio rastrero, porque vende la honra de una persona por mucho menos de 30 monedas de plata. ¡Judas! que son unos judas.  Sí señor, lo son porque el dinero que se gana de esa forma está manchao de lágrimas que es casi lo mismo que estar manchao de sangre.

-También está la mandanga de que venga un banderillero  estirao, llame a la puerta de tu casa y te diga: “Oiga, que vengo de parte de la Administración para llevarme a sus niños porque usted es un incapaz” Oiga y usted ¿quién es? ¿Y esa Administración quién es? ¿No es la misma que en el estado español mantiene a unos 8.000.000 de persona en riego de exclusión social y no se la lleva nadie de una puñetera vez? ¿No es la misma que en la América rica tiene a 50.000.000 de criaturitas sin poder tomarse una aspirina si no la paga? Por cierto, usted que (como no paro de decirle) es leído, se habrá enterao ya de que el señor presidente de la América rica quiso arreglar eso dándole seguridad social a to quisqui ¿no? Pues entonces también sabrá que no pudo hacerlo porque se opusieron las grandes compañías aseguradoras de su país, ¿verdad? ¿Quién manda? ¿La Administración o los negociantes? ¿Quién manda al escribiente estirao? ¿La Administración o los negociantes? Y ¿no son los negociantes los que producen todo lo malo de lo que hemos hablao antes? Entonces, ¿qué derecho moral pueden tener para llevarse a mis niños? Que me den un trabajo digno, que me den una vivienda digna, que me den una educación buena, que me den una medicina saludable… Verá usted como le contesto yo al banderillero estirao, del comerciante que me niega el pan y la sal, que conmigo no torea más... Por lo menos en la próxima corrida…

-Uno de los poquitos libros que me he leído es la Constitución española y ¿sabe por qué? Pues porque me costó mi granito de arena sacarla adelante y, como me la he leído con el corazón, sé que el estado español está compuesto por tres poderes, a saber: el ejecutivo que ejecuta, el legislativo que dice lo que hay que ejecutar y el judicial que se encarga de decir si las cosas están bien o malamente hechas y al que están sometidos los dos anteriores. No es que lo diga así, pero más o menos es lo que dice. Pues a tenor de eso, como diría un leguleyo, quien tiene que desposeerme de mis niños es el poder judicial, ¿no? Entonces, ¿a santo de qué se presenta el banderillero en la puerta de mi casa para llevarse a mis criaturas sin que lo haya dicho antes un juez? ¿No es eso, por muy de ley que digan que sea, que el poder ejecutivo se pasa por el forro de la chaqueta al poder judicial? En el alambre del circo, sin pértiga y sin red, veo yo al banderillero estirao.

-¿Y los periodistas? ¿Qué dificultad no les habrá enseñao que informar es informar a secas y que la opinión me la saco yo y no me la meten ellos? ¿Dice que se llama facultad y no dificultad? Es verdad, vecino, es verdad.

¿Que en qué estaría yo pensando? Pues mire usted, en que se pone uno a darle vueltas a las cosas y se marea, en que “del hilo se saca el ovillo” y en que los señores pensadores, de tanto creerse que saben pensar, hay veces que meten la pata hasta el corvejón y les pasa como a un pastor de mi pueblo, que el hombre vivía en el campo solito y estaba acostumbrao a las cosas sencillas; vamos, que era de poquitas palabras. ¿Que qué le pasó? Se lo cuento: Un día se cruzó con un señorito por el campo que le dijo: “adiós, amigo mío” El sencillo pastor, que tenía todo el tiempo y toda la tranquilidad del mundo comenzó a darle vueltas al saludo y razonó así: “Adiós, sé lo que es y amigo también… pero mío ¿Qué será mío?” Y llegó a la siguiente conclusión pensando y pensando: “Mío dice el gato… al gato le gustan los ratones… al ratón le gusta el queso… el queso se hace con leche… la leche la da la vaca… la vaca tiene cuernos… ¡Coño, pues no que me ha dicho cabrón!”

Pues así es como piensan, a veces, los señores pensadores y sus banderilleros.

Buenas noches y hasta la semana que viene, vecino. Vamos, León.


4 comentarios:

  1. Eugenio cuanta razón,
    la información a día de hoy no solo se aleja de lo fidedigno en contadas ocasiones, sino que se acaba convirtiendo en muchas de ellas en juicios públicos, que convierten a "la calle" en juéz y jurado.
    Ni la Administración ni nadie tiene derecho a llevarse a los niños que "supuestamente" estan desatendidos por sus progenitores si antes un juez asi no lo ha dictaminado. Si sabemos nuestros derechos, sabremos que eso no se puede efectuar sin ninguna orden judicial. El problema es cuando esa misma Administración se salta nuestros derechos a la torera reiteradamente (lo cual podemos ver a diario en muchos casos) según su antojo y conveniencia.
    Y asi nos va en este nuestro maravilloso país Eugenio, que es maravilloso por muchísimas cosas, pero que en otras deja mucho que desear.
    Un abrazo y mi enhorabuena por el blog.

    Nona.

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  2. Profundo este monologo padre...Totalmente deacuerdo con todo lo que dices. Pero hay que salir a la calle y hacer algo, pienso yo. Asi se rien de nosotros.

    Panta

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  3. Razón tienes y de sobra Eugenio, primero te machacan para hundirte y luego te quieren salvar de ti mismo y tus miserias para quedar como .os bienhechores de la sociedad, salvadores de esas criaturas indefensas, abandonadas por sus propios padres, joeeeer ayudanos a salir del agujero en vez de hundirnos en él burocraticos de mieeldaaaaaaaaa. Besos MERCEDES

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  4. Lo he vuelto a leer y sigue encantandome por que es tan real, tan asquerosamente real. Sigue escribiendo que yo seguiré maravillandome. La elsita de arriba también soy yo y mi opinión

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